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La madre es el regalo

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Hellinger da un lugar muy especial a la madre, ya que es el único ser capaz de dar vida, aun a costa de su salud física y psicológica; y algunas lo hacen hasta más de una vez.

Todos nosotros somos fruto de un espermatozoide y un ovulo  pero es la madre la que decide si un ser viene o no a este mundo. Y solo si somos gestados y venimos a este mundo todo lo demás es posible. Aunque la madre se haya ido de la vida de su hijo en el segundo después que nació, fue ella que le dio la vida. Por eso para las constelaciones familiares la madre siempre es la biológica.

La madre es el primer amor, la que alimentó a través del cordón umbilical y después, por algún tiempo la única fuente de alimento. Y ella en la gran mayoría de los casos estuvo ahí, cansada, mal dormida, con dolores, deprimida, siempre incondicional.

Más tarde es por los ojos de la madre que el niño empieza a ver el mundo. Es también la madre la que abre las puertas para que el padre entre en su vida.

Por todo esto la mayoría de los hijos son muy fieles a sus madres. Algunos sienten tanta gratitud por lo que sus madres hicieron que hasta son capaces de morir por ella o con ella.

En los talleres de constelaciones familiares somos testigos de eso. Porque muchos hijos piensan que hay una deuda que saldar y que la vida recibida se paga con su sacrificio, con el cuidado exhaustivo hacia los padres cuando son mayores, con abrir mano de su vida para vivir al lado de ellos hasta que se vayan de este mundo.

En este sentido Hellinger viene a traernos una nueva mirada.

Los órdenes del amor que rigen las constelaciones familiares dicen que el camino es tomar el amor de nuestros padres, y honrarlos haciendo algo bueno con la vida recibida. Sin embargo, tomar la vida es muy distinto a recibir. Tomar es un movimiento activo e incondicional, que requiere asentir a todo tal cual fue, a nuestra madre tal cual es. Es un movimiento que empieza y termina en uno y que necesita compromiso.

Decir sí a nuestra madre, es dar mi respeto aunque me diferencie de ella. Es abrir el corazón con gratitud, es dejar la arrogancia a un lado e inclinarme frente a su destino.

¿Y como sé si tomé el amor de mi madre?

Por como estamos en determinadas áreas de nuestra vida. La salud física, las relaciones de pareja,  el éxito, la abundancia, y el dinero según Hellinger tienen el rostro de la madre.

La madre definitivamente es el regalo.

Algunas madres tal vez no estuvieron disponibles para sus hijos pero eso nada tiene que ver con la faltad de amor.

Una madre invasiva es probable que esté proyectando en su hijo a su propia madre y por eso le demanda tal cual hace un niño.

Una madre ausente puede ser una madre que perdió a uno o varios hijos y que su alma se fue con ellos, pues una madre no tolera perder a un hijo.

Una madre que renuncia a un hijo puede que sea para protegerlo de su falta de cordura. La renuncia también es un profundo acto de amor.

Por eso Hellinger dice que nuestro problema es un problema de visión y las constelaciones lo que van a develar son imágenes que están en el plan del alma y que una vez ordenadas van a empezar a trabajar y cambian nuestro aquí y ahora.

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